PERSONAJES
IRMA
IRMA
PANCHO
Irma y Pancho, dejan el mate en un pequeñísima mesa en medio de los dos sillones que ocupan. Ella, en su falda, teje una larga prenda que cae ya hasta el piso. Él, intenta arreglar una radio destartalada, piezas en el suelo, en su falda y, algunas más pequeñas, junto al mate. Ambos pasan los setenta años.
Así como Irma, manipula las agujas, Pancho, hace lo propio con un destornillador y un cuchillo. El tiempo va pasando y no se escucha otro ruido más que el que ellos mismos producen.
IRMA: ¿Y?
PANCHO: ¿Mhm?
IRMA: ¿Se puede?
PANCHO: No sé.
Irma, hace un largo suspiro y deja de tejer.
IRMA: Yo quería escuchar la radio.
PANCHO: Y sí…
IRMA: Pero…
PANCHO: Ya va, ya va.
IRMA: ¿No eran las pilas?
PANCHO: Va enchufada ésta.
IRMA: Pero tiene pilas.
PANCHO: Pero se usa enchufada también.
IRMA: ¿Probaste con pilas?
PANCHO: No hay.
Irma, hace otro suspiro y vuelve al tejido.
IRMA: No sé qué vamos a hacer si no podemos escuchar la radio.
PANCHO: Nada.
IRMA: Santa María purísima.
PANCHO: Sin pecado concebida.
IRMA: ¿Me estás tomando el pelo?
PANCHO: No.
IRMA: Es malo eso que hacés.
PANCHO: No te estoy tomando el pelo. Vos decís, yo respondo.
Irma, suspira y deja el tejido.
IRMA: Está lindo el día.
PANCHO: Aja.
IRMA: Una pena la verdad.
PANCHO: Sí.
Irma, vuelve al tejido.
IRMA: ¿Te gusta?
PANCHO: Aja.
IRMA: Si ni lo viste.
PANCHO: Está lindo, sí.
IRMA: ¿Qué cosa?
PANCHO: El día.
IRMA: El chal, digo yo.
PANCHO: Ah, también.
IRMA: ¿También, qué?
PANCHO: Que está lindo.
IRMA: Dos pasadas más y lo termino.
PANCHO: Bueno.
IRMA: ¿Vos podés decir lo mismo?
PANCHO: ¿De qué?
IRMA: Que ya terminás.
PANCHO: No. No sé. Hay que probar.
IRMA: Yo quería escuchar la radio.
PANCHO: Y yo quería ser astronauta.
Irma, teje.
Ahora se ríe. Primero poco, mucho más después.
IRMA: Es que no puedo… no puedo no imaginarte ahí arriba, en la luna… teniendo que… arreglar la nave… con el destornillador ahí, meta y meta arreglar la nave. Y con cara de… con cara de perro ahí… concentrado en el espacio… Me hacés reir, vos. “Pasame el destornillador, Carlitos, ¡pasame el destornillador que se nos cae la nave a pedazos!”. QUÉ PLATO.
A Irma, se le va apagando la risa, de a poco. Alguna carcajada suelta, pero al final, se apaga totalmente.
PANCHO: ¿Y vos?
IRMA: ¿Qué?
PANCHO: ¿Qué querías ser?
IRMA: No sé, no sé.
Irma, deja de tejer.
IRMA: A mí siempre me gustó…
Irma, vuelve a tejer.
IRMA: Dejá, dejá.
PANCHO: Bueno.
Irma, deja de tejer.
IRMA: ¿Se puede decir cualquier cosa?
PANCHO: ¿En qué?
IRMA: En esto. En esto de querer ser.
PANCHO: Y sí…
IRMA: Pero te vas a reír, dejá.
PANCHO: Vos te reíste.
IRMA: Pero ahora es verdad, ahora no me das risa. Ahora que yo también sueño… o cuento el sueño, la cosa es más de verdad.
PANCHO: ¿No te da risa que yo sea astronauta?
Irma, se ríe.
IRMA: Perdón, perdón. (Se tapa la boca). Perdón, Pancho. Es que…
PANCHO: Bah, si no importa. Si ya está.
IRMA: Pero nunca lo dijiste. ¿Por qué?
PANCHO: Para que no se me rían.
IRMA: ¿Quién? ¿Yo?
PANCHO: No, papá.
IRMA: Mhm. Y sí.
Irma, teje.
IRMA: Una vuelta más y termino.
PANCHO: Bueno.
IRMA: ¿Y eso?
PANCHO: ¿Qué cosa?
IRMA: ¿Falta mucho?
PANCHO: Ahora vemos. Si no está, la voy a tener que volver a desarmar.
IRMA: Uf.
PANCHO: Y sí.
IRMA (Suspira): Qué le vamos a hacer.
Irma, sigue tejiendo. Está cerrando los puntos.
Irma, tarea una cancioncita.
PANCHO: Cantante, querías ser vos.
IRMA: ¿Cantante?
PANCHO: Aja.
IRMA: No, no. Es otra cosa.
PANCHO: ¿Qué?
IRMA: Es más… más tonto. Tan rara como vos, soy.
PANCHO: ¿Astronauta?
IRMA: No, no. Como vos, no igual a vos.
PANCHO: ¿Qué?
IRMA: Y adiviná.
PANCHO: No.
IRMA: Decí algo, a ver…
PANCHO: Bailarina.
IRMA: No, no, más raro.
PANCHO: No sé.
IRMA: Dale, decí algo bien raro.
PANCHO: Bruja.
IRMA: ¡No!
PANCHO: Ah, si eso ya lo sos.
IRMA: Mal educado.
Irma, termina el tejido.
IRMA: Ya está. ¿Te gusta?
PANCHO: Sí.
IRMA: Miralo.
PANCHO: Sí, está lindo.
IRMA: Probatelo.
PANCHO: ¿Es para mí?
IRMA: Y sí…
PANCHO: Pero…
IRMA: Es para entre casa, por el frío. Yo tengo el mío.
Pancho, deja las cosas en la mesita. Mira el chal. Traga saliva. Lo agarra. Se lo pone sobre la espalda. Hace que sí, con la cabeza. Se lo saca, lo dobla cuidadosamente y lo deja sobre el apoyabrazos del sillón. Se sienta y vuelve a intentar arreglar la radio. Irma, no dejó de mirarlo.
PANCHO: Gracias.
Irma, se sirve un mate, lo toma de a sorbos pequeños. Suspira.
IRMA: ¿Querés uno?
PANCHO: Sí.
IRMA (Sirve un mate): Tomá.
Pancho, lo toma mirando el piso, de a sorbos cortos también. Se lo devuelve vacío.
PACHO: Está rico.
IRMA: Gracias.
Irma, suspira y mira el techo. Ya no tiene nada que hacer.
IRMA: Yo quería… domar a los leones.
PANCHO: ¿Eh?
IRMA: Eso. Quería ser domadora de leones.
PANCHO: ¿Cómo en el circo?
IRMA: Aja.
PANCHO: ¿Y poner la cabeza adentro del león y todo eso?
IRMA: Aja.
PANCHO: Está bien.
IRMA: Yo vi.
PANCHO: Sí.
IRMA: Sí.
PANCHO: Yo también lo vi.
IRMA: Y sí…
PANCHO: Éramos chicos.
IRMA: Y a mí me quedó.
Pausa.
IRMA: Esperá.
Irma, se levanta y sale. Pancho, sigue con la radio.
IRMA (Volviendo a entrar): Mirá. (Le entrega una foto a Pancho). Es él.
Pancho, mira la foto y asiente con la cabeza.
IRMA: Mirá atrás.
Pancho, mira a atrás.
PANCHO (Leyendo): “Para Irma, mi más joven admiradora”.
IRMA: Hércules.
PANCHO: Está bien. Tomá. (Le da la foto).
IRMA: ¿No te da risa?
PANCHO: No.
IRMA: ¿Me ves?
PANCHO: ¿Qué?
IRMA: Si me ves a mí, domando leones.
PANCHO: Y ahora ya no.
Pausa.
IRMA: Y no.
Pancho, está terminando de arreglar la radio. Poniéndole la tapa.
PANCHO: A ver…
IRMA: A ver, a ver…
Pancho, enchufa la radio en un toma corrientes, un poco alejado de donde están. La enchufa y la toca. Como tratando de sintonizar algo, pero nada. Ni un sólo sonido. Pancho, chista. La desenchufa y la vuelve a enchufar. Mueve el cable, la antena. Nada cambia.
IRMA: Probá con pilas.
PANCHO: No hay.
Pancho, se sienta y se coloca la radio en la falda, toma el destornillador como para volver a desarmarla.
IRMA: A ver…
PANCHO: No, dejá, ya lo voy a arreglar yo.
IRMA: No, no, es que… A ver.
PANCHO: ¿Qué?
IRMA: Anda, anda. ¿Escuchás?
PANCHO: No.
IRMA: A ver… damela.
PANCHO: No anda, Irma.
IRMA: Estás sordo, a ver, damela.
PANCHO: Y vos estás loca, ¿no ves que está desenchufada?
IRMA: Me das la radio, carajo.
PANCHO: Tomá, a ver qué hacés…
Irma, se pone la radio bien cerca de la oreja.
IRMA: Sí, sí. Se escucha. Bajito, pero claro.
PANCHO: ¿Qué decís?
IRMA: Shhh… Que están dando las noticias.
PANCHO: Irma, ¿me das la radio a ver si me faltó hacer algo?
IRMA: Shhh… están hablando de vos.
PANCHO (Con desgana): ¿Y qué dicen?
IRMA: ¡Fa!
PANCHO: ¿Qué?
IRMA: ¿En serio?
PANCHO: ¡¿Qué?!
IRMA: ¿Y no me ibas a contar nada vos a mí?
PANCHO: ¿De qué?
IRMA: De tu… viaje.
Pausa.
IRMA: ¡A Marte, che!
Pancho, se ríe sólo con la nariz.
IRMA: Tomá pa´ vo´.
PANCHO: ¿Qué dicen?
IRMA: Que te vas solito no más. ¿No sé que voy a hacer yo acá? Te voy a tener que tejer un pullover, se ve que hace mucho frío allá.
PANCHO: ¿A dónde?
IRMA: En Marte.
PANCHO: ¿Y cuándo?
IRMA: No sé, no dicen.
PANCHO: Está bien.
IRMA: “Nuestro mejor astronauta”. Así dicen.
Irma, le extiende la radio a Pancho. Ella, se le queda mirando, mientras pasa el tiempo.
IRMA: Tomá.
PANCHO: Yo no… No escucho nada.
Pancho, agarra la radio, se sienta y comienza a desarmarla, ayudándose con el destornillador y el cuchillo. Irma, se vuelve a sentar, se sirve un mate y espera. Mira la foto de “Hercules” y la apoya en la mesa, para poder tomar el mate.
PANCHO (Que ha quitado la tapa de la radio): Claro.
IRMA: ¿Qué?
PANCHO: Acá está el problema.
IRMA: Ah. ¿Qué hay?
PANCHO: No, nada, yo ya entiendo.
IRMA: Bueno. (Pausa más suspiro). Voy a regar las plantas.
Irma, sale un momento. Pancho, va a apoyar la tapa sobre la mesa. Corre la foto de “Hércules”, la toma, la mira. La lee de nuevo. La deja. Se sonríe. Toquetea el interior de la radio desarmada y le vuelve a poner la tapa. La enchufa. Hay ruido.
PANCHO (Sintonizando): ¡Irma!
IRMA (De lejos): ¡¿Qué?!
PANCHO: ¡Ahí anda!
IRMA: ¡Bueno! ¡Ahí voy!
Pancho, sintoniza y mueve la antena. Se escuchan unas voces entrecortadas, pero no logra dar con ninguna emisora. De repente, con el ruido blanco a fondo, Pancho, sube y baja el volumen. A veces corto, a veces más largo.
IRMA (Entrando): ¿Qué hacés?
PANCHO: Parece, ¿no?
IRMA: Un bochinche, parece.
PANCHO: Escuchá.
Pancho, sigue jugando a subir y a bajar el volumen.
PANCHO: ¡Agarrá ahí, las… las agujas. Que te ataca, te ataca!
Pancho, mueve la radio en dirección a Irma. Mientras sigue haciendo lo del volumen, tratando de emular el sonido de un león.
PANCHO: Clavale… Clavale una aguja.
IRMA: ¿Cómo le voy a clavar una aguja?
PANCHO: Domalo, que está como loco.
IRMA (Agarrando las agujas de tejer): Pero eso es de torero.
PANCHO: ¡Qué importa! Metele, metele, que se me escapa.
Irma, mueve las agujas contra la radio en movimiento.
PANCHO: ¡Dale, Hercul...! Herculas… Herculita…
IRMA: Herculina.
PANCHO: Eso, eso… Metele, metele. Calme a la bestia.
IRMA: Bueno, ya está. Se… se calmó.
PANCHO: Está bien. (Pancho, baja el volumen y ahí se queda. Vuelve a intentar sintonizar algo). Ya se calmó.
En la radio, se escucha un tanguito, más o menos bien. Ambos, se sientan a escuchar.
IRMA: ¿No tenés frío?
PANCHO: Sí.
Pancho, se pone el chal recién tejido. Irma lo mira.
IRMA: Yo sabía que la ibas a poder arreglar.
PANCHO: Y sí, era la… el contacto.
Irma, suspira.
IRMA: Lindo éste.
PANCHO: Aja.
El tango sigue sonando, mientras la voz del locutor dice:
“Lo que escuchamos es la orquesta típica de Fulvio Salamanca, con su tango ‘Chique’. Cae la tarde en la República Argentina. Un día más… un día más que se va yendo y… nosotros acá, esperando. Esperando que las cosas mejoren o que en su defecto, vuelvan a la normalidad. Pero qué mejor que esperar con un tango, ¿eh? ‘Fumando espero’, decía Félix Garzo, que con música del maestro Juan Viladomat Masanas, nos dejó este bellísimo tango, que interpreta de manera extraordinaria Argentino Ledesma. Y escuchamos a continuación. Adelante compañero”.
Suena ese tango. Irma y Pancho, se comparten un par de mates más.
Irma y Pancho, dejan el mate en un pequeñísima mesa en medio de los dos sillones que ocupan. Ella, en su falda, teje una larga prenda que cae ya hasta el piso. Él, intenta arreglar una radio destartalada, piezas en el suelo, en su falda y, algunas más pequeñas, junto al mate. Ambos pasan los setenta años.
Así como Irma, manipula las agujas, Pancho, hace lo propio con un destornillador y un cuchillo. El tiempo va pasando y no se escucha otro ruido más que el que ellos mismos producen.
IRMA: ¿Y?
PANCHO: ¿Mhm?
IRMA: ¿Se puede?
PANCHO: No sé.
Irma, hace un largo suspiro y deja de tejer.
IRMA: Yo quería escuchar la radio.
PANCHO: Y sí…
IRMA: Pero…
PANCHO: Ya va, ya va.
IRMA: ¿No eran las pilas?
PANCHO: Va enchufada ésta.
IRMA: Pero tiene pilas.
PANCHO: Pero se usa enchufada también.
IRMA: ¿Probaste con pilas?
PANCHO: No hay.
Irma, hace otro suspiro y vuelve al tejido.
IRMA: No sé qué vamos a hacer si no podemos escuchar la radio.
PANCHO: Nada.
IRMA: Santa María purísima.
PANCHO: Sin pecado concebida.
IRMA: ¿Me estás tomando el pelo?
PANCHO: No.
IRMA: Es malo eso que hacés.
PANCHO: No te estoy tomando el pelo. Vos decís, yo respondo.
Irma, suspira y deja el tejido.
IRMA: Está lindo el día.
PANCHO: Aja.
IRMA: Una pena la verdad.
PANCHO: Sí.
Irma, vuelve al tejido.
IRMA: ¿Te gusta?
PANCHO: Aja.
IRMA: Si ni lo viste.
PANCHO: Está lindo, sí.
IRMA: ¿Qué cosa?
PANCHO: El día.
IRMA: El chal, digo yo.
PANCHO: Ah, también.
IRMA: ¿También, qué?
PANCHO: Que está lindo.
IRMA: Dos pasadas más y lo termino.
PANCHO: Bueno.
IRMA: ¿Vos podés decir lo mismo?
PANCHO: ¿De qué?
IRMA: Que ya terminás.
PANCHO: No. No sé. Hay que probar.
IRMA: Yo quería escuchar la radio.
PANCHO: Y yo quería ser astronauta.
Irma, teje.
Ahora se ríe. Primero poco, mucho más después.
IRMA: Es que no puedo… no puedo no imaginarte ahí arriba, en la luna… teniendo que… arreglar la nave… con el destornillador ahí, meta y meta arreglar la nave. Y con cara de… con cara de perro ahí… concentrado en el espacio… Me hacés reir, vos. “Pasame el destornillador, Carlitos, ¡pasame el destornillador que se nos cae la nave a pedazos!”. QUÉ PLATO.
A Irma, se le va apagando la risa, de a poco. Alguna carcajada suelta, pero al final, se apaga totalmente.
PANCHO: ¿Y vos?
IRMA: ¿Qué?
PANCHO: ¿Qué querías ser?
IRMA: No sé, no sé.
Irma, deja de tejer.
IRMA: A mí siempre me gustó…
Irma, vuelve a tejer.
IRMA: Dejá, dejá.
PANCHO: Bueno.
Irma, deja de tejer.
IRMA: ¿Se puede decir cualquier cosa?
PANCHO: ¿En qué?
IRMA: En esto. En esto de querer ser.
PANCHO: Y sí…
IRMA: Pero te vas a reír, dejá.
PANCHO: Vos te reíste.
IRMA: Pero ahora es verdad, ahora no me das risa. Ahora que yo también sueño… o cuento el sueño, la cosa es más de verdad.
PANCHO: ¿No te da risa que yo sea astronauta?
Irma, se ríe.
IRMA: Perdón, perdón. (Se tapa la boca). Perdón, Pancho. Es que…
PANCHO: Bah, si no importa. Si ya está.
IRMA: Pero nunca lo dijiste. ¿Por qué?
PANCHO: Para que no se me rían.
IRMA: ¿Quién? ¿Yo?
PANCHO: No, papá.
IRMA: Mhm. Y sí.
Irma, teje.
IRMA: Una vuelta más y termino.
PANCHO: Bueno.
IRMA: ¿Y eso?
PANCHO: ¿Qué cosa?
IRMA: ¿Falta mucho?
PANCHO: Ahora vemos. Si no está, la voy a tener que volver a desarmar.
IRMA: Uf.
PANCHO: Y sí.
IRMA (Suspira): Qué le vamos a hacer.
Irma, sigue tejiendo. Está cerrando los puntos.
Irma, tarea una cancioncita.
PANCHO: Cantante, querías ser vos.
IRMA: ¿Cantante?
PANCHO: Aja.
IRMA: No, no. Es otra cosa.
PANCHO: ¿Qué?
IRMA: Es más… más tonto. Tan rara como vos, soy.
PANCHO: ¿Astronauta?
IRMA: No, no. Como vos, no igual a vos.
PANCHO: ¿Qué?
IRMA: Y adiviná.
PANCHO: No.
IRMA: Decí algo, a ver…
PANCHO: Bailarina.
IRMA: No, no, más raro.
PANCHO: No sé.
IRMA: Dale, decí algo bien raro.
PANCHO: Bruja.
IRMA: ¡No!
PANCHO: Ah, si eso ya lo sos.
IRMA: Mal educado.
Irma, termina el tejido.
IRMA: Ya está. ¿Te gusta?
PANCHO: Sí.
IRMA: Miralo.
PANCHO: Sí, está lindo.
IRMA: Probatelo.
PANCHO: ¿Es para mí?
IRMA: Y sí…
PANCHO: Pero…
IRMA: Es para entre casa, por el frío. Yo tengo el mío.
Pancho, deja las cosas en la mesita. Mira el chal. Traga saliva. Lo agarra. Se lo pone sobre la espalda. Hace que sí, con la cabeza. Se lo saca, lo dobla cuidadosamente y lo deja sobre el apoyabrazos del sillón. Se sienta y vuelve a intentar arreglar la radio. Irma, no dejó de mirarlo.
PANCHO: Gracias.
Irma, se sirve un mate, lo toma de a sorbos pequeños. Suspira.
IRMA: ¿Querés uno?
PANCHO: Sí.
IRMA (Sirve un mate): Tomá.
Pancho, lo toma mirando el piso, de a sorbos cortos también. Se lo devuelve vacío.
PACHO: Está rico.
IRMA: Gracias.
Irma, suspira y mira el techo. Ya no tiene nada que hacer.
IRMA: Yo quería… domar a los leones.
PANCHO: ¿Eh?
IRMA: Eso. Quería ser domadora de leones.
PANCHO: ¿Cómo en el circo?
IRMA: Aja.
PANCHO: ¿Y poner la cabeza adentro del león y todo eso?
IRMA: Aja.
PANCHO: Está bien.
IRMA: Yo vi.
PANCHO: Sí.
IRMA: Sí.
PANCHO: Yo también lo vi.
IRMA: Y sí…
PANCHO: Éramos chicos.
IRMA: Y a mí me quedó.
Pausa.
IRMA: Esperá.
Irma, se levanta y sale. Pancho, sigue con la radio.
IRMA (Volviendo a entrar): Mirá. (Le entrega una foto a Pancho). Es él.
Pancho, mira la foto y asiente con la cabeza.
IRMA: Mirá atrás.
Pancho, mira a atrás.
PANCHO (Leyendo): “Para Irma, mi más joven admiradora”.
IRMA: Hércules.
PANCHO: Está bien. Tomá. (Le da la foto).
IRMA: ¿No te da risa?
PANCHO: No.
IRMA: ¿Me ves?
PANCHO: ¿Qué?
IRMA: Si me ves a mí, domando leones.
PANCHO: Y ahora ya no.
Pausa.
IRMA: Y no.
Pancho, está terminando de arreglar la radio. Poniéndole la tapa.
PANCHO: A ver…
IRMA: A ver, a ver…
Pancho, enchufa la radio en un toma corrientes, un poco alejado de donde están. La enchufa y la toca. Como tratando de sintonizar algo, pero nada. Ni un sólo sonido. Pancho, chista. La desenchufa y la vuelve a enchufar. Mueve el cable, la antena. Nada cambia.
IRMA: Probá con pilas.
PANCHO: No hay.
Pancho, se sienta y se coloca la radio en la falda, toma el destornillador como para volver a desarmarla.
IRMA: A ver…
PANCHO: No, dejá, ya lo voy a arreglar yo.
IRMA: No, no, es que… A ver.
PANCHO: ¿Qué?
IRMA: Anda, anda. ¿Escuchás?
PANCHO: No.
IRMA: A ver… damela.
PANCHO: No anda, Irma.
IRMA: Estás sordo, a ver, damela.
PANCHO: Y vos estás loca, ¿no ves que está desenchufada?
IRMA: Me das la radio, carajo.
PANCHO: Tomá, a ver qué hacés…
Irma, se pone la radio bien cerca de la oreja.
IRMA: Sí, sí. Se escucha. Bajito, pero claro.
PANCHO: ¿Qué decís?
IRMA: Shhh… Que están dando las noticias.
PANCHO: Irma, ¿me das la radio a ver si me faltó hacer algo?
IRMA: Shhh… están hablando de vos.
PANCHO (Con desgana): ¿Y qué dicen?
IRMA: ¡Fa!
PANCHO: ¿Qué?
IRMA: ¿En serio?
PANCHO: ¡¿Qué?!
IRMA: ¿Y no me ibas a contar nada vos a mí?
PANCHO: ¿De qué?
IRMA: De tu… viaje.
Pausa.
IRMA: ¡A Marte, che!
Pancho, se ríe sólo con la nariz.
IRMA: Tomá pa´ vo´.
PANCHO: ¿Qué dicen?
IRMA: Que te vas solito no más. ¿No sé que voy a hacer yo acá? Te voy a tener que tejer un pullover, se ve que hace mucho frío allá.
PANCHO: ¿A dónde?
IRMA: En Marte.
PANCHO: ¿Y cuándo?
IRMA: No sé, no dicen.
PANCHO: Está bien.
IRMA: “Nuestro mejor astronauta”. Así dicen.
Irma, le extiende la radio a Pancho. Ella, se le queda mirando, mientras pasa el tiempo.
IRMA: Tomá.
PANCHO: Yo no… No escucho nada.
Pancho, agarra la radio, se sienta y comienza a desarmarla, ayudándose con el destornillador y el cuchillo. Irma, se vuelve a sentar, se sirve un mate y espera. Mira la foto de “Hercules” y la apoya en la mesa, para poder tomar el mate.
PANCHO (Que ha quitado la tapa de la radio): Claro.
IRMA: ¿Qué?
PANCHO: Acá está el problema.
IRMA: Ah. ¿Qué hay?
PANCHO: No, nada, yo ya entiendo.
IRMA: Bueno. (Pausa más suspiro). Voy a regar las plantas.
Irma, sale un momento. Pancho, va a apoyar la tapa sobre la mesa. Corre la foto de “Hércules”, la toma, la mira. La lee de nuevo. La deja. Se sonríe. Toquetea el interior de la radio desarmada y le vuelve a poner la tapa. La enchufa. Hay ruido.
PANCHO (Sintonizando): ¡Irma!
IRMA (De lejos): ¡¿Qué?!
PANCHO: ¡Ahí anda!
IRMA: ¡Bueno! ¡Ahí voy!
Pancho, sintoniza y mueve la antena. Se escuchan unas voces entrecortadas, pero no logra dar con ninguna emisora. De repente, con el ruido blanco a fondo, Pancho, sube y baja el volumen. A veces corto, a veces más largo.
IRMA (Entrando): ¿Qué hacés?
PANCHO: Parece, ¿no?
IRMA: Un bochinche, parece.
PANCHO: Escuchá.
Pancho, sigue jugando a subir y a bajar el volumen.
PANCHO: ¡Agarrá ahí, las… las agujas. Que te ataca, te ataca!
Pancho, mueve la radio en dirección a Irma. Mientras sigue haciendo lo del volumen, tratando de emular el sonido de un león.
PANCHO: Clavale… Clavale una aguja.
IRMA: ¿Cómo le voy a clavar una aguja?
PANCHO: Domalo, que está como loco.
IRMA (Agarrando las agujas de tejer): Pero eso es de torero.
PANCHO: ¡Qué importa! Metele, metele, que se me escapa.
Irma, mueve las agujas contra la radio en movimiento.
PANCHO: ¡Dale, Hercul...! Herculas… Herculita…
IRMA: Herculina.
PANCHO: Eso, eso… Metele, metele. Calme a la bestia.
IRMA: Bueno, ya está. Se… se calmó.
PANCHO: Está bien. (Pancho, baja el volumen y ahí se queda. Vuelve a intentar sintonizar algo). Ya se calmó.
En la radio, se escucha un tanguito, más o menos bien. Ambos, se sientan a escuchar.
IRMA: ¿No tenés frío?
PANCHO: Sí.
Pancho, se pone el chal recién tejido. Irma lo mira.
IRMA: Yo sabía que la ibas a poder arreglar.
PANCHO: Y sí, era la… el contacto.
Irma, suspira.
IRMA: Lindo éste.
PANCHO: Aja.
El tango sigue sonando, mientras la voz del locutor dice:
“Lo que escuchamos es la orquesta típica de Fulvio Salamanca, con su tango ‘Chique’. Cae la tarde en la República Argentina. Un día más… un día más que se va yendo y… nosotros acá, esperando. Esperando que las cosas mejoren o que en su defecto, vuelvan a la normalidad. Pero qué mejor que esperar con un tango, ¿eh? ‘Fumando espero’, decía Félix Garzo, que con música del maestro Juan Viladomat Masanas, nos dejó este bellísimo tango, que interpreta de manera extraordinaria Argentino Ledesma. Y escuchamos a continuación. Adelante compañero”.
Suena ese tango. Irma y Pancho, se comparten un par de mates más.
FIN
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