PERSONAJES:
MÓNICA
RITA
Sala de hospital. Luz de día. Mónica, vestida de enfermera, entra en la habitación con una planilla en la mano. Rita le sonríe.
MÓNICA: Hola mami, ¿cómo estás?
RITA: Bien, bien, mejor. Un poco dolorida todavía pero contenta.
MÓNICA: Bueno, ya va a pasar.
RITA: Sí, estoy caminando un poco, me dijo la médica que era lo mejor.
MÓNICA: Por su puesto. “Hay que hacerle caso a la doctora”.
RITA: Divina Sofía.
MÓNICA: Divina, sí sí.
RITA: Además es super joven, ¿qué edad tiene?
MÓNICA: Ni idea.
RITA: ¿Cómo puede ser que alguien tan joven…
MÓNICA: Disculpame que te corte, pero tengo que atender a otras mamis.
RITA: Ay, sí. ¿Necesitabas algo?
MÓNICA: Sí, a ver, tengo que llenar una planillita para organizar la salida de ustedes. ¿Pensaban irse hoy, no?
RITA: Sí, me dijo Sofía que nos podíamos ir hoy.
MÓNICA: Por su puesto. “Hay que hacerle caso a la doctora”. ¿Llenamos? Son un par de preguntitas, nada más.
RITA: ¿Tiene que estar el papá? Se fue a buscar el auto hasta casa.
MÓNICA: Bueno, lo mejor es que esté la pareja, sí. Pero son muchas las nenas que nacieron hoy y si no arranco ahora se me atrasa todo el trabajo.
RITA: Entiendo.
MÓNICA: Pero hablando a calzón quitado, le digo que acelera mucho el proceso que elija las cosas una sola persona. Sino se ponen a discutir uno con el otro y la cosa se vuelve interminable.
RITA: Claro.
MÓNICA: Bueno… ¿Nombre?
RITA: ¿El mío?
MÓNICA: No, no, de tu hija. Tus datos y los del papá los llenamos cuando ingresaste en la clínica. Acá están, a ver… Rita Carabajal, madre soltera pero con pareja estable, padre presente; hasta ahora (Se ríe), eso es un chiste. Habitación cuatrocientos siete. Tuviste una nena que pesó tres kilos doscientos, ¿no es así?
RITA: Es así.
MÓNICA: Perfecto. ¿Nombre de la nena?
RITA: Ambar.
MÓNICA: Te pregunté el nombre no el color. Chiste, chiste. ¿Segundo nombre? ¿Tercero?
RITA: No, no, ese solo.
MÓNICA: Perfecto. ¿Qué apellido va a usar?
RITA: El del papá y el mío.
MÓNICA: ¿Cuál le van a poner primero? Es el que se usa. Lamentablemente la estadística indica que el segundo no lo usa ni el tato.
RITA: Va a ir primero el del papá.
MÓNICA: Bien. Familia conservadora. Voy llenando algunos datos que saltan solos, sobre todo para acelerar el trámite. ¿Casa, departamento, casa quinta…?
RITA: ¿Qué cosa?
MÓNICA: ¿Qué tipo de hogar va a tener Ambar?
RITA: No, no, no. ¿Qué es eso de “familia conservadora”?
MÓNICA: Es uno de los datos que tengo que llenar. Como va primero el apellido del padre, deduzco que se trata de una familia conservadora.
RITA: No somos una familia conservadora.
MÓNICA: ¿Ah no?
RITA: No.
MÓNICA: ¿Querés que lo cambie?
RITA: Sí, por favor.
MÓNICA: ¿Qué pongo?
RITA: Familia… ¿Cuáles son las opciones?
MÓNICA: No hay opciones, mi amor.
RITA: Bueno… Podría ser… Familia buena onda, desprejuiciada… liberal.
MÓNICA: OOOkey. ¿El hogar?
RITA: Departamento.
MÓNICA: ¿Piso?
RITA: Sexto. (Pausa). ¿Qué pasa?
MÓNICA: ¿A, Be, Ce, De, Hache, Exis?
RITA: Be, Be.
MÓNICA: Bien. ¿A qué edad va a caminar la nena? (Rita se ríe). ¿Qué pasó?
RITA: No, que es un chiste, ¿no?
MÓNICA: No.
RITA: ¿Y cómo querés que sepa yo a que edad va a caminar mi hija?
MÓNICA: Ah, disculpame, sos madre primeriza y no tenés ni idea. ¿Escuchaste alguna vez la frase esa de que todo está escrito? Bueno, es verdad, todo está escrito… ACÁ. Todo está previsto, todo está pronosticado y lo deciden los padres… o tutor autorizado.
RITA: ¿Todo?
MÓNICA: Bueno, casi todo. Tampoco vas a decidir con quién se casa la nena. Aunque alguno lo ha hecho, ¿no? ¿Seguimos?
RITA: Creo que sí.
MÓNICA: ¿A qué edad va a caminar?
RITA: O sea, ¿yo puedo decir: ”ahora”?
MÓNICA: Sí, podés, por supuesto. ¿Pero te imaginas una nena recién nacida caminando? Está entre fenomenal y aterrador. No sabes si asustarte a llamar a la televisión.
RITA: Es que no sé, no sé cuando caminan los chicos y menos ahora que estoy, estoy nerviosa.
MÓNICA: Bueno, no te preocupes. Vos ante la duda responde “con normalidad”. Siempre eso es una solución. Por ejemplo, a la pregunta de cuándo va a caminar, vos ponés “con normalidad”, la nena camina entre los doce y quince meses.
RITA: Está bien.
MÓNICA: Con-nor-ma-li-dad. ¿Querés que tome la teta?
RITA: Sí.
MÓNICA: ¿Edad de destete?
RITA: Con normalidad.
MÓNICA: ¿Ingesta de alimentos sólidos?
RITA: Con normalidad.
MÓNICA: ¿Primer golpe fuerte?
RITA: ¿Qué?
MÓNICA: Primer golpe fuerte. ¿A qué edad te parece que Ambar se dé su primer BUEN golpazo?
RITA: No quiero que se de ningún golpazo.
MÓNICA: Ay mami mami. Es indispensable para el crecimiento y el aprendizaje que la nena qué se de un buen golpe en algún momento y además, ya que lo sabes, no te preocupa tanto.
RITA: Está bien. Con normalidad.
MÓNICA: ¿Primera palabra?
RITA: Con normalidad.
MÓNICA: Perdoná mami, pero las preguntas específicas no aceptan la respuesta “con normalidad”.
RITA: Que hable cuando la mayoría habla.
MÓNICA: Listo, esa te la tomo y te la anoto, es la pregunta siguiente. Pero la que tenés que responder ahora es: ¿Cuál va a ser su primera palabra?
RITA: Ay no sé. (Piensa caminando). Mamá… ¡No! Papá, Papá… ¡NO, MAMÁ!... Papá, Mamá, MAMÁ, SÍ, MAMÁ.
MÓNICA: ¿Respuesta final?
RITA: ¡Y sí, que mierda! Yo la llevé durante nueve meses, me lo merezco.
MÓNICA: Correcto. (Lee). Esta ya está… (Lee). ¿Cantidad de llanto diario?
RITA: ¡Cero! (Mónica arruga la cara). ¿Qué pasa?
MÓNICA: Es bueno que llore un poco. La oxigena, una como mamá se da cuenta de sus necesidades…
RITA: Lo justo y necesario. Lo suficiente para darse cuenta de lo que le pasa, pero lo mínimo como para poder decir: “es una santa”.
MÓNICA: Nivel: “es una santa” es una de las respuestas posibles. No sé porque la gente no la usa tanto. Estuviste inteligente acá.
RITA: Gracias.
MÓNICA: Bueno, pasamos a la niñez. ¿Va a ir al jardín?
RITA: Sí.
MÓNICA: ¿En qué querés que se destaque?
RITA: …dibujo.
MÓNICA: Dale. ¿Van a compartir las cosas, los juguetes, las galletitas, etcétera?
RITA: Sí, sí.
MÓNICA: Okey… ¿Trauma?
RITA: ¿Cómo?
MÓNICA: ¿Qué trauma querés que tenga la nena?
RITA: NINGUNO.
MÓNICA: No puedo dejar espacios vacíos.
RITA: No quiero que mi hija tenga traumas.
MÓNICA: Mi amor, mi mami, ¿vos viste alguna vez una persona sin algún problemita, alguna persona “NORMAL”?
RITA: No.
MÓNICA: Todos tenemos alguno.
RITA: Pará, pará, pará. ¿Vos me estás diciendo que todos nuestros traumas, todos nuestros problemas y fobias están elegidas por nuestros padres? ¿O sea una persona que tiene…
MÓNICA: ¡Disculpame que te corte! No nos metamos en ese tema. Tengo mucha gente para atender y si empezamos con esto no terminamos más.
RITA: Es que no sé. Poné “con normalidad”.
MÓNICA: No puedo, pregunta específica.
RITA: Ay dios… No sé, eeehhh… Vértigo.
MÓNICA: Ahhh… A ver… Vivís en un piso seis… La chica va a ser adolecente en el dos mil cuarenta más o menos, ¿vos sabes lo altos que van a ser los edificios? ¿Te parece castigarla de esa forma? Y te lo digo porque soy buena onda y porque sos la primera que atiendo, en dos horas te anoto “vértigo” y paso de página.
RITA: Es que no sé, te lo juro. ¡Ayudeme un poco!
MÓNICA: ¿Enferma de las cosas dulces?
RITA: Ay sí, igual que yo. (Pausa). ¡Que hija de puta mi vieja!
MÓNICA: Muy bien, ya vamos terminando. Pasamos a la adolescencia, ¿sí?
RITA: ¿Hasta que edad decido por ella?
MÓNICA: Hasta la mayoría de edad, por su puesto.
RITA: Esto es raro… raro raro.
MÓNICA: Bueno, te comento que más o menos hasta acá… (Usando una calculadora). La chica los estaría odiando a ustedes dos… en un setenta y cinco por ciento apenas cumpla los catorce años.
RITA: ¿Odiando? ¡¿Qué?!
MÓNICA: Según el índice de las respuestas, no te preocupes es normal.
RITA: Pero sesenta y cinco por ciento es un montón.
MÓNICA: No te creas, eh. Mira el lado lleno del vaso, los quiere en un cuarenta y cinco, que es UN MO-TÓN. ¿Primera borrachera?
RITA: ¿Mía? (Mónica sonríe, cansada). Catorce.
MÓNICA: Primer beso.
RITA: A los cuarenta años. (Pausa). Trece.
MÓNICA: Mejor. ¿Primera relación sexual?
RITA: Ay, dios mío. Dieciocho… ¿Diecisiete? (Pausa). ¿Por qué me mirás así?
MÓNICA: No estoy mirando de ninguna manera.
RITA: Me juzgas, me estás juzgando… (Mónica levanta las manos). ¿Vos sos mamá?
MÓNICA: Sí, tengo dos varones.
RITA: ¿Y qué respondiste?
MÓNICA: Los hizo el papá.
RITA: Diecisiete, perdón.
MÓNICA: Bueno mami, terminamos.
RITA: Perdón, ¿te puedo hacer una pregunta más?
MÓNICA: Tengo mucho que hacer, si es rápido.
RITA: Sabiendo todo esto, dónde queda la sorpresa.
MÓNICA (Sonríe): Mi amor, mi mami. Esto es una nimiedad, hay un montón de cosas que no van a estar en esta planilla y puedo apostar que ya te olvidaste de la mitad de las cosas que te pregunté y respondiste, sorpresa vas a tener, quedate tranquila. Pero… siendo sinceras, las mamás sabemos todo, todo el tiempo. Siendo mamá hay pocas cosas que no sabes de nuestros hijos, aunque ellos quieran ocultarlo. Bueno, ahora sí, me voy. Ya te traen a Ámbar.
RITA: Gracias.
MÓNICA: Chau (Mónica sale).
RITA (Toma su celular y graba un audio): Mi amor, ¿te falta mucho? Estoy con muchas ganas de irnos para casa, perdoná la ansiedad. ¡Ah! ¿Sabías que somos una familia conservadora? Me hicieron una encuesta que… (Se detiene). Nada, no es nada, algo de rutina, una boludez. (Pausa). Vos la tenés fácil, sos el padre. (Se detiene). No me hagas caso, estoy divagando. (Tocan la puerta). Te dejo, llegó Ámbar.
-FIN-
Wow! 💅🏼🙉💓
ResponderEliminar